Últimamente muchas startups prefieren descargar o redactar contratos por sí solos y no recurrir a un abogado del derecho de nuevas tecnologías por un simple motivo de ahorrar costes. Hay que saber que no existen contratos para startups en si, ya que los contratos se clasifican por materia.

Desde el punto de vista jurídico, mi consejo profesional es siempre contar con asesoría jurídica adecuada en vista de los altos riesgos que una startup puede enfrentar. No obstante, es lógico que ante la insuficiencia de medios económicos, las startups escogen una vía de hacer lo básico sin ayuda externa, ya que muy pocos abogados aceptan pagos fraccionados, remuneración por objetivos conseguidos o admiten retribución alternativa (con NFT, por ejemplo).

En este sentido, vamos a analizar qué nociones básicas sobre contratos cada startup debe conocer, qué es lo más importante y en qué condiciones habrá de prestar más atención.

  1. Condiciones esenciales

Cada contrato cuenta con unas condiciones esenciales a falta de las cuales el acuerdo no se considera válido. En unas ocasiones es el precio, en otras la duración, pero el contrato siempre debe contar con un objeto claro y preciso.

Además, cada contrato debe disponer de las condiciones esenciales para este tipo de negocio, por ejemplo, las cláusulas de no competencia o exclusividad.

  1. Idiomas

Acordamos que el contrato “a doble columna” es esencial para una startup: es muy probable que un inversor, comprador o proveedor es extranjero y no tiene conocimientos del castellano. Además, muchas startups contratan a extranjeros debido a un sector muy específico y con pocos profesionales. Desde luego, el castellano debe prevalecer en cada contrato (frente a las posibles disputas) pero debe ir acompañado con una versión en inglés. Yo, como abogada y traductora, desde un punto de vista práctico, insisto en que un contrato debe estar redactado desde el principio en dos idiomas, y no traducido, ya que al traducir en muchas ocasiones se pierde la significación de unos conceptos y su diluye la vinculación con el derecho aplicable, algo que solo conoce un abogado bilingüe.

Es por eso que el abogado del derecho digital o de una startup fintech debe obligatoriamente no solo contar con conocimientos del derecho español y de la lengua española, sino también tener un nivel muy alto del inglés, el idioma internacional de negocios, ser capaz de redactar y revisar los documentos en ambos idiomas sin distinción y dificultad alguna.

Sin embargo, poco sentido tiene redactar un contrato bilingüe de suministros o alquiler. Con estos documentos no vale la pena complicarse la vida, pero sí que el firmante debe entender bien las condiciones y conocer los supuestos de incumplimiento y resolución.

  1. Derecho aplicable

Los buenos abogados, cuando revisan los contratos, lo primero que miran es el derecho aplicable para saber (1) si conocen la jurisdicción, (2) cómo se estructura el contrato, (3) qué condiciones hay que regular contractualmente y qué ya son reguladas por la ley, (4) qué se debe centrarse, (5) si se aplican o se excluyen de la aplicación los convenios internacionales.

No debemos confundir el derecho aplicable y el foro en la contratación internacional (este tema ya lo hemos visto en otra entrada). El derecho aplicable puede definir el foro aplicable para resolución de disputas solo de manera indirecta, aplicando las normas del derecho internacional privado de ambos países.

Desde luego, el lugar de resolución de una disputa es otra cláusula importante. Si una startup opera en Valencia y cuenta con asesores legales en Barcelona, y firma un contrato de colaboración con una sociedad de Tenerife, no es aconsejable acudir a los tribunales de las islas

  1. Obligaciones de las partes

Las obligaciones de las partes es otro apartado esencial en cada contrato.

A veces, al revisar el contrato ya firmado, observo que las partes estipulan que las obligaciones se definen por la ley, pero no concretan nada. Independientemente del tipo de contrato de que se trate, cada parte debe conocer sus derechos y obligaciones sin necesidad de remisión al derecho aplicable. En muchas ocasiones en vista de un sector muy específico, no es posible dejar el apartado de deberes y obligaciones sin atención, puesto que hasta la propia ley no soluciona el problema. Es por eso que las partes deberán prestar mucha atención a este apartado e incluir más condiciones posibles.

  1. Supuestos de la resolución del contrato e incumplimiento

La resolución contractual viene aparejada con el incumplimiento de obligaciones. Por un lado, las partes deben especificar los supuestos en los que el contrato se incumple y cuáles son las consecuencias del incumplimiento: la resolución o la indemnización, o ambas cosas a la vez.

Les pongo un ejemplo: ante un impago de dos mensualidades se podría prever tanto la consecuencia de rescisión del contrato debido a la falta grave, o categorizarlo como un incumplimiento indemnizable (leve). O sea, la otra parte repara el incumplimiento, indemniza a la parte perjudicada y se abstiene en el futuro del incumplimiento.

Por otro lado, ante la divulgación de secretos empresariales no se puede volver al estado anterior y, en muchas ocasiones, las partes prevén la resolución del contrato con indemnización de daños y perjuicios.

No podemos olvidar que cada contrato debe considerarse como un documento único con sus características especiales, por tanto, no puede existir un modelo genérico de actuación.

Un abogado puede realizar introducción al derecho de contratos y explicar las pautas a seguir en el caso de que los emprendedores decidan formalizar el contrato sin apoyo de especialista, aunque, insisto, en que cualquier contrato puede contener unas consecuencias jurídicas inesperadas de las que una empresa puede ser inconsciente.

Desde nuestro despacho Supra Legit ayudamos a los influencers con todo lo relacionado con su actividad: desde la redacción y revisión de contratos hasta la reglamentación de protección de datos y trámites administrativos relacionados con la actividad y participación en rondas de inversión.

T. +34 963 210 530

Whatsapp, Viber, Telegram: + 34 645 619 128

E. info@supralegit.com

También le puede interesar:

Asesoría legal de startups: 5 documentos más importantes de una startup española

¿Cómo ahorrar costes legales en una startup?

Asesoría legal de startups: grandes despachos vs. abogados particulares o pequeñas firmas jurídicas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Debes confirmar que estás de acuerdo con nuestra política de privacidad.